domingo, julio 16, 2006
El monasterio de Santa Catalina
En las inmediaciones del límite entre las antiguas jurisdicciones del Marquesado de Santillana y Santander se alza el monasterio de Santa Catalina de Monte Corbán, uno de los complejos religiosos anteriores al siglo XIX más amplios que han sobrevivido en la comunidad autónoma cántabra. En la actualidad incrustado en un collage de callejones de acceso restringido custodiados por águilas, enanitos, unicornios y calabazas de Halloween, hace varios siglos el paraje cumplía con el requisito de aislamiento que precisaban las fundaciones de la Orden de San Jerónimo. En la crónica de fray José de Sigüenza, Historia de la Orden de San Jerónimo (1600-1605), se relata cómo cinco religiosos se establecieron allí, junto a una ermita puesta bajo la advocación de Santa Catalina, «deseando la salud de sus almas». Un documento cuenta que uno de aquellos hombres, Pedro de Oviedo, fue el primer prior del monasterio en 1407 (en 1406 una bula de Benedicto XIII había autorizado la fundación). Monasterio y seminarioYa a comienzos del siglo XV se había concluido un primer claustro y a finales de la centuria estaban en marcha las obras de la iglesia -de cruz latina, con una nave y cubiertas de crucería-. A mediados del siglo XVI se levantó el claustro chico, que introduce términos renacentistas en sus dos cuerpos. A lo largo del XVII, se incorporaron el retablo mayor (desaparecido) y la portada principal. A finales del siglo XVIII, entre 1789 y 1795, el monasterio fue ampliado hacia el norte merced a una importante obra que supuso la construcción del claustro nuevo, la escalera monumental -que separa las secciones antigua y moderna- y la reforma del aspecto exterior del conjunto. La obra es atribuida a José Alday Fernández, primer maestro de obras de Santander desde 1777.Como ya había sucedido y sucedería en otros lugares de Europa, el estado español decidió obtener liquidez, impulsando la secularización de recintos religiosos; así, en 1835 y 1836 se suprimieron cientos de monasterios y conventos. La medidas, que tuvieron graves consecuencias para el patrimonio artístico, afectaron directamente al monasterio de los jerónimos de Monte Corbán. Dos décadas después, se decidió la creación del primer seminario de la diócesis de Santander y su alojamiento en el gran recinto desamortizado de San Román de la Llanilla. El centro formativo de Santa Catalina de Monte Corbán fue adaptado a su nueva función por José Rubalcaba y se inauguró en 1852. A lo largo de siglo y medio de funcionamiento, alterado por las diversas crisis que han afectado y afectan a la Iglesia católica, el recinto ha seguido albergando actividades docentes y sus responsables han logrado reunir un importante patrimonio mueble, en el que brilla su biblioteca, con numerosas publicaciones de los siglos XVI al XIX.Más información: www.cantabria102municipios.com
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